El día en que el tiempo no corre
no se ven las horas en el cielo, no hay sonido de reloj,
y casi olvido la noche anterior para amarte mejor.
El sol se oculta bajo matices grises,
brillante la tarde adormecida
solo se ve tu sonrisa, los ojos tiernos dormidos,
el sueño compartido, los juegos entre mis piernas de patitas grises,
bultito tibio de calma y risas,
el calor de la cama, películas livianas, el té, el amor para tres,
afuera la lluvia cantando, sanando días de furia,
las plantas riendo, absorbiendo contentas de crecer en primavera otoñal.
Llegaste con luz naciente chiquito de amor,
eres la ceniza de una tormenta que nos tenía heridos,
la ceniza del fuego que quemo seres oscuros, el dolor del pecho,
la ceniza de un alma querida y pura bajo la tierra.
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