El es como un capullo, esconde sus colores tras su armadura,
bajo su silencio ensimismado, él que ignora las palabras de su boca,
pero abre sus oídos para hacer las preguntas precisas.
El es una flor de la noche todo el tiempo
pero si susurras con amor en sus pétalos
un trocito de sus secretos y rocíos
se abre azul radiante a su corazón de oro.
Pocos saben lo que esconde en las cajitas de su mente
y lo atractivo de su misterio tras el capullo.
Intriga, amor y rabia me dan sus ojos serenos e indiferentes,
su paso distraído y orgulloso,
tan solitario en un prado de flores abiertas y comunes.
El observa, escucha, sueña con un amor paciente
que entienda la enredadera de su flor,
con viajes, imágenes y realidades cautivadoras
para sus ojos en cine.
Ante la naturaleza más viva, cicletadas solitarias
y detalles el abre el capullo de su alma.
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