ese respiro ilusionado al sentir los latidos acelerados del abrazo.
No valen la pena mis flores en tus heridas,
ni mi paz en tu caos, ni mis semillas en tu oscuridad,
si no puedes mirarme, si el odio es más grande
si no puedes frenar al monstruo, aunque abra mis alas
si no puedes hacer una ofrenda al centro tierra y al tiburón de fuego.
Tengo veneno en la garganta, quisiera vomitarlo en humo,
cada noche sueño contigo, quisiera nunca despertar,
quisiera no verte rendido, ni querer desilusionada
de no sentirte.
No valen la pena mis flores en tus heridas
ni la paz en tu caos, ni mis semillas en tu oscuridad.
Si todo se marchita cuando rindes a la soledad
y no entiendes la felicidad compartida
Te salvas prisionero de tus demonios.
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