Se mueven en degrades las olas de su ser
fluye hacia el calor, la piel y la emoción.
Sincero y cálido
abraza el vendaval de fuegos y vientos,
remedio y veneno
Choca con las rocas
la fuerza de su mar
no hay agua, ni piedra
que no se trasforme en aire.
Acaricia miradas, aromas, curvas, auras
¿Cuanto se puede llegar a desear?
¿Cuanta certeza existe en su búsqueda?
Tanta soledad repleta de flores y caídas.
La ola revienta
la piedra se transforma en polvo
ansiosa la brisa
ama y crea en sus figuras.
No tenía malas intensiones
solo quería entregarles
el huerto que en mi florece
los besos de calma y viajes en trenes.
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