sábado, 6 de junio de 2015

Rebuscar y revalorar

Silenciosa contemplo con admiración sus sabidurías,
Y el silencio también es símbolo de mi incansable búsqueda 
de una pregunta entre todas las preguntas,
Desparramo mis archivadores, mis libros, mis contemplaciones, mis emociones. 
Les desarmo y les armo, les lloro en los insomnios y les sonrío de nuevo en las mañanas.
El tronco dañado tiene tantas ramas,
Quisiera resumir la infinidad de posibilidades,
buscar una forma que devele el valor de sus manos llenas de historia, que reconozca los significados, las diversidades, los tesoros de sus cotidianos, todo lo que hace posible que sueñen más allá del desastre y la adversidad, hermosas en el trabajo de sembrar y sembrarse.

¡Dile al mundo mujer! con las raíces que tienes en la tierra y en la luna,
¿Qué es lo que te disgusta, que te preocupa?, ¿cuánto sale esta lucha diaria de amar sin límites, de cuidar de todo? ¿Qué se cultiva en tu pecho, cada vez que escuchas, que escribes, que ensayas y haces en esta experiencia tan tuya y tan nuestra?
¿Dime que sabor tienen son los frutos de tu esfuerzo?, 
hacia donde avanza tu caminar, hacia donde avanza tu lucha!

Poema escrito en Auquinco, 
Escuela Nacional de Agroecología de mujeres campesinas e indígenas.
Exprimiendo las ideas para mi proyecto de tesis.

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