martes, 19 de mayo de 2015

Revientas

Sube con el viento en un impulso arrebatado
avanza con decisión sobre las rocas, sobre el delirio,
que no vuelva la cordura de pecho encerrojado,
pues quiere ser a flor de piel, a punta de lágrima, a punto de fuego
decirme a los ojos el reventar de sus olas. 
Saborearnos la incoherencia, que solo lo callen las conmociones
que nadie le ponga reja a su próximo paso.
Quedarse mirando solo el infinito horizonte,
quedarse mirando solo la infinita pared de rocas y volver para tomarme de la cintura 
pretendiendo alzar un vuelo hacia un vórtice de remolinos de asombros e irevueltas.
Tengamos los ojitos bien abiertos, 
absorbiendo todas las luces y mimetizarndonos con la noche.

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