Lejos de lo cotidiano, del comienzo del ajetreo y del estress de la ciudad, marzo llega como una brisa que nos hace migrar, un impulso en las alas valientes, sin miedo al destino, ni a la próxima incertidumbre, solo avanzar, dejar pasar el sol entre las pestañas desde su primer rayo hasta el último, sin contar las horas solo mirar, cambia el paisaje de adentro y de afuera
el panorama es un asombro si te entregas a la improvisación.
Vivir el presente con lo justo y necesario
pa mi cuerpo, pal la mente, pa mis hermanos y con la tierra.
Sencillez, respeto, sinceridad y amor, esto, eso es la autonomía.
Una vez un sabio indígena me lo dijo y me calo la fibra sin comprender a fondo,
ahora se que lo entiendo en su luz, en el espacio, en este momento.
Brasil. Torres. Marzo 2015
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