Me florecen los colores en la sonrisa,
Aumenta el tic tac de mi pecho con tu caricia.
Me muero sobre el puente con el cuerpo alegre.
Me elevo entre notas del viento,
entre melodías que se impregnan
en el lago de mis nostalgias.
Me atrevo a dejarme caer en un vacío infinito
que no tiene fondo, lleno lo invisible a los ojos,
lleno de el placer más dulce, que penetra los poros,
que mezcla a mi esencia, lo esencial.
Me dejo caer en vuelo eternamente
en el lugar donde no puedo hundirme,
mas que solo en tu ser.
Donde libertad es volatín de la verdad
y entre el espacio de tus ojos y los míos
no hay mascara, ni telón.
Me crecen los ojos de estrella
cuando miro el invierno de su piel,
la miel más irresistible de aquellos ojos
cuando se quitan el antifaz de lo cotidiano
y me desnudan,
me dejan sin voz, para fundirme en tu boca.
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