Sentada una vez mas, esperando a quienes nunca llegan,
los minutos pasan rapido en meditaciones y paginas leidas,
las personas se vuelven irreales, los lugares se tornan intangibles de duda
Las letras me llenan los vacios con incertidumbre,
mientras Descartes y sus pesamientos
se retuersen y tiemblan de locura,
en el caos del Apeiron.
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