lunes, 16 de agosto de 2010

Longevidad


Se le cansan los pasos,
Se le terminan los respiros,
Se le caen los senos,
Se le nievan los cabellos,
Se suelta la carne y los dientes como niños.
Se acelera la sangre y crecen las venas.
Se le arrugan los gestos.

Al suelo se atrae su cuerpo débil y
se eleva su alma de a poquito hasta el cielo.

Se pausan las funciones,
Se le humedecen los ojos, se le nubla la mirada,
Se archivan mil memorias, mil historias,
Se le olvidan cada año unas cuantas.

Disfruta las horas lentas
de nostálgica soledad.
Se le activan las manos a la lana,
Los ojos a los libros,
Los oídos a la música clásica.

Se le empañan los sonidos y las visiones.
Late de recuerdos y anhelos pasados
El corazón tan lleno.
La mente tan sabia.

...y quedan pocos años para el último suspiro.
El tiempo avanza despacio,
hasta que anuncia su parada.

Impregnada se queda su esencia
en las memorias cercanas
y las vidas que acobijó.

Se muere la carne vieja
y asciende el alma dormida.


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