A tu silencio

Era un tiempo de temblores y amores pasajeros
la búsqueda de techos de nubes y navíos de excusas
reafirmando un ideal que dejó vacíos y tormentos
Fuí pasajera en tus ojos que jugaban a querer
en los poemas que rodean tus historias
y personajes ocultos que esmeras sentir y descubrir.

¿Como iba yo a saber de mi fantasma en tus noches?
¿como iba a saber que querías mi semillas en el rocío de tus locuras?
¿Como iba a saber que también anhelabas el amor? 
y me preguntas...¿por que no me quede contigo?
Porque mi amor floreció lejos de tu silencio 
porque yo también anhelaba el amor.

Fui pasajera en tus ojos jugando a querer
admiro tus manos y el soplido latente de tus viajes
las melodías en tus sueños, la poesía en tus pasos
pero fuiste río que paso, 
un fuego hermoso me cautivo
tengo una sonrisa que no cambio
ni por pasados, ni ideales, ni botes contra destinos.

AVEUNER

Me riego los pies

me riego la voz

me riego el sentipienso,

y las manos creación;

cierro la libreta antigua

cierro la cajita de tu nombre 

y escondo la llave donde se me olvida la culpa,

Escribo la libreta nueva

abro las cajitas sin dueño

y les pongo seudonimos queridos

para sus futuros obsequios y semillas,

Abro una caja dentro de mi

comienzo una gran pintura,

me riego las alas y las raíces

nada me impide 

ponerme el traje nuevo 

de la desnudez y el renacer.

Dar vuelta la pagina

Que se pudra mi egocentrismo,

¿como doy vuelta la página?

eres mi fantasma más presente atormentando mi calma con tu armadura

y luego con tu sinceridad tan hermosa,

justo cuando quería equilibrio

yo misma busco el abismo y es que

me acaricio y me golpeo con mi propia mierda

las cosas vuelven donde no debieran estar

y pese a que mi egoísmo reclama sus seres,

no debiera estar cerca, solo podría arruinarlo más.

Quisiera escribir un nuevo libro, 

donde no pueda nombrarte, ni recordarte, ni extrañarte,

quizás, ya lo había comenzado

estaba quedando completo, intenso, bello

pero tuve que volver a escuchar esas canciones 

y acordarme de tu cama, la paciencia, las tardes perfectas de nada.

Me odio por que tuve que nombrarte en el capitulo final  de la travesía que llevaba escribiendo, justo cuando venía un desenlace felizmente incierto para continuar el siguiente libro,

De un día a otro, cambio el color de las tardes primaverales a un depresivo tono sin contrastes,

y mis ojos vivos se pusieron cabizbajos sin alguna sustancia, y lo distinto del otro se hizo más evidente y molesto,

aun no encuentro una respuesta para mis reacciones absurdas,

y debo fingir el color de mi rostro,

Encontré tantas respuestas que ahora no me sirven de nada

encontré tantas preguntas que no me ayudan,

solo me quede estancada.

ok, no era para tanto...

tal vez una mirada suya me devuelva el color,

Una carta sin mi respuesta, un último abrazo de perdón

me ayude a dar vuelta la página, y superar lo que el ya llevaba avanzado

en el ejercicio de olvidarme.