jueves, 2 de diciembre de 2010

Raíces.



Que pena ver,
como mis raíces, 
están quebradas,
Que lo único seguro
bajo mis pies
es frágil, pequeño
y dividido en personas
que no quieren tomar sus manos,
ni mirarse a los ojos un minuto,
para entender que las torres y la alegría,
se construyen de a varios corazones
pero todos a un mismo latido.


Tal vez el juego es bien simple para ustedes.
Yo sigo mi camino
y me pierdo en sus variables
siendo un árbol sin raíces.
Y ustedes construyen su palacio individual,
sin mis manos sobre las de ustedes.


Para mi ese juego
no es tan bonito, ni tan simple.
Por que los árboles sin raíces
se pudren,
Los caminos sin metas ni manos que tomar,
se oscurecen,
Los palacios individualistas.
pierden el sentido y se arman de egoísmo,
poco a poco se caen.


Yo no olvido
que los primeros ojos
que miraron los míos,
y las primeras manos
que tocaron las mías
prometieron no soltarse nunca
y que ese mundo en el que vine a volar
No se construye
en soledad absoluta,
aunque suela soñar en mis propios rincones.


Puedo volar
puedo caer
puedo caminar
puedo crecer
pero no, 
sin unas raíces
y menos
si no pueden tomar sus manos
ni mirarse a los ojos un minuto,
para entender que estamos hechos de la misma madera
y que las torres y la alegría
se construyen de a varios latidos, juntos.




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