domingo, 17 de mayo de 2009

Ocaso



Con lagrimas en los ojos y el corazón acelerado,
corrió a la habitación, abrió la puerta y miro haci todas partes,
todo estaba igual, sería esta la última vez que vería todo ese desorden,
busco entre las ropas arrojadas en el piso, auncioso, con los ojos rojos de dolor
y las manos nerviosas ante su desición...
por fin, ahí estaba el cuchillo entre los zapatos y el poleron;
lo tomo con inseguridad y lo guardo en su bolsillo; salio rapido sin mirar atraz,
bajo la escalera que llegaba a la puerta principal y salió de su casa
adentrandoce en el bosque que se hacía oscuro por el atardecer
hacia el comienzo de la noche.
Al final una colina de rocas y tierra, acendió con esfuerzo
mientras caían gruesas lagrimas desconsoladeas de sus ojos,
en la cima miró a su alrrededor, el paisaje era tan hermoso, entre los gigantes montañosos,
él alli tan pequeño. Saco el cuchillo del bolsillo y lo tocó con sus manos,
lo hacercó a su pecho, las lagrimas habían cesado
mientras miraba la puesta de sol anaranjada,
el cuchillo rasgó un poco su piel, sus manos sudaban.
Agachó la cabeza, no, no podía morir,
soltó el cuchillo y se sentó en la tierra con las manos en la cara,
con un solloso eterno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario