Aurora vivía sola en el último piso de un edificio muy alto de Santiago,
era una mujer soñadora y creatíva,
su departamento tenía las paredes llenas de murales como de otro mundo,
en los que pintaba sus sueños y todos sus deformaciones del mundo.
Una noche mientras escribía sus tareas para la universidad,
alguen toco la puerta, se levantó extrañada de que alguien interrumpiera
en su hogar a esas horas de la madrugada.
Miro por el ojo de la puerta y no vió a nadie...
se devolvió pensado q se habían equivocado,
pero nuevamente golpearon con timides la puerta,
dio la vuelta y con rapidez la abrió,
había un hombre joven que la miraba fijamente
con los ojos grandes y negros.
Sorprendida y temerosa dio un paso atraz
y comenzó a hacer un gran esfuerzo por recordar quien podría seraquel hombre;
pero no lo encontraba en sus dañados en sus archivos...
de pronto encontró algo,
un leve recuerdo en su mente practicamente amnesica de su infancia
por un accidente que tuvo; encontró esos ojos en su debil memoría
y entonces comprendió que sería alguien que la conocía, aunque ella no lo recordara,
en tanto el hombre la seguia mirando, de improvisto él la tomó de la mano
y camino apresurado haci la escalera que subía a la asotéa del edificio.
Aurora se dejó llevar, sin entender nada, y en un momento se encontraban arriba,
superiores a todo el resto de la ciudad que brillaba frente a ellos,
el hombre la miró de nuevo, ella estaba nerviosa.
Todo Santigo que estaba lleno de pequeñas luces repentinamente se apagó,
era la oscuridad absoluta, algo impresionante que Aurora no podía creer,
entonces subió la mirada y vio el cielo, era el cielo mas hermoso que había visto,
lleno de estrellas destellantes, cual ciudad se había apagado para iluminar el cielo.
Aurora se sentó en el piso, su acopañante se sentó junto a ella,
el nerviosismo ya se había desvanecido, las estrellas calmaron su ser.
La oscuridad era tal, que no se dió cuenta que el joven estaba frente a ella,
los labiós de él se posaron en los suyos inosentemente,
por la mente de Aurora empezaron a volver pequeños destellos de recuedos,
quien la besaba era su amigo de toda su niñes, con el que había vivido hermosos momentos
hasta que perdió todo rastro mental de él despues del accidente.
Se volvieron a mirar, ahora de distinta manera,
ahora como dos personas que se conocen y se sonrrieron en señal de aceptación,
el volvio a sentarce a su lado y ambos se recostarn en el cemento
mirando las miles de estrellas, como si fuera un sueño.